Seguramente - dijo el Rabino - se decretó en los Cielos, que tengo que sufrir por esa persona.
Si muere, algún otro será enviado en su lugar y puede ser mil veces peor.
A éste lo conozco y puedo enfrentarme con él.
Fuente: Anécdotas del Talmud y de Rabinos Famosos. Dr. Simon Moguilevsky