Para leer y reflexionar: Confiscación

En la así llamada Edad de Oro de los judíos en España, el ministro de economía del reino era el renonmbrado exégeta Isaac Abarbanel y gozaba de la confianza ilimitada del rey. Algunos antisemitas de la Corte trataban de difamarlo y a diario lo acusaban de haberse enriquecido a expensas de las casas reales.
Si bien el rey se negaba a escuchar, tanta insistencia lo condujo a pedirle que le presentase un balance de sus bienes. Unos días después, Abarbanel presentó al rey un balance con un contenido muy magro. El rey le dijo muy serio que no podía ser y que obviamente tenía mucho más.
-Su Majestad- respondió el ministro- vuestro pedido de presentar el balance de mis bienes, puede ser el resultado de los esfuerzos de mis enemigos para desacreditarme y lo han logrado. Seguramente influirán para que se me confisque todos mis bienes.
En verdad no puedo decir que todo lo que tengo me pertenece por eso hice una lista con todo lo que he dado para caridad, porque eso nunca lo podrán confiscar. Esto es lo único que puedo reclamar como propio y es lo que le he presentado de acuerdo a su solicitud.
Fuente: Anécdotas talmúdicas y de rabinos famosos. Dr. Simón Moguilevsky.

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