Para leer y reflexionar: La aceptación de la Torá.

Una mañana, en el primer día de la Fiesta de las Semanas, antes de la lectura de la Torá, Rabí Méndel dejó la habitación donde la gente se reunía para orar y fue a su propio cuarto.
Después de un tiempo retornó a la habitación y dijo: "Cuando el Monte Sinaí fue elevado de modo que pendiera sobre vosotros como una gran campana vacía, fuisteis obligados a aceptar la Ley.
Ahora os libero de esta compulsión y de esta responsabilidad. Una vez más sois libres para elegir.'' Entonces todos gritaron con fuertes voces: "¡También ahora aceptamos la Torá!"
Un discípulo del rabí de Lublín, que se encontraba ahí porque no había podido ir a pasar las fiestas con su maestro, agregaba lo siguiente cada vez que contaba esta historia: "Y todas sus impurezas se disiparon como en aquella ocasión, en el Monte Sinaí."
Fuente: Cuentos Jasídicos - Los maestros continuadores - I

 


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