BREAKING NEWS
latest

Para leer y reflexionar: La fuerza del amor

HabĂ­a una vez una mujer, cuyo marido estaba inculpado por haber participado en un complot contra el Rey. El Rey lo hizo aprisionar en un pozo muy profundo, debajo de la tierra, donde no se oĂ­a ni a un gallo cantar, ni a un perro aullar.
La mujer, que amaba mucho a su marido, fue a rogar al Rey que lo sacara de la prisiĂłn, pues Ă©l era inocente. El Rey le dijo: - "Vamos a hacer una prueba. Si logras que tu marido te escuche dentro de esa prisiĂłn y se dĂ© cuenta de tu presencia, será signo de que es inocente. En este caso, voy a liberarlo. Pero si no lograras que se dĂ© cuenta de tu presencia, significa que es culpable, y va a ser conde­nado a muerte sin titubeo. Te darĂ© un dĂ­a entero para intentar salvar a tu marido".
MandĂł el Rey a uno de sus guardianes adentro de la prisiĂłn para controlar si el hombre escuchaba a la mujer, mientras ella se acercĂł a la boca del pozo y empezĂł a llamar a su marido. Lo llamĂł una, dos, tres veces, con toda su fuerza, pero cuando saliĂł el guardián de la prisiĂłn y el Rey le preguntĂł si el marido pudo escu­char a la mujer, le respondiĂł: - "No, no escuchĂł nada".
La mujer pensó y pensó, qué hacer. Consiguió una campana pequeña y subió a la torre de la prisión. La hizo sonar unas cuantas veces, con toda su fuerza. Pero esta vez tampoco logró hacerse oír por su marido.
La mujer, desesperada, corrió a conseguir la campana más grande que había. La arrastró hasta la prisión y subió con gran dificultad a la torre. Al llegar allá arriba, cortó todos sus vestidos en cintas y los transformó en cuerdas gruesas, para poder mover la campana y así hacerla sonar. La hizo sonar un par de veces y, por fin, el son de la campana llegó hasta el fondo del pozo.
El marido, al oĂ­r por primera vez un sonido adentro de aquel pozo donde no se sentĂ­a antes ningĂşn alma viva, se despertĂł de su desfallecimiento y se tornĂł hacia el guardián: - "¿Estás sintiendo tĂş tambiĂ©n el sonido de una campana? Ha de ser el llamado de mi esposa, a quien extraño tanto y hoy me viene a visitar".
Al oír eso, el guardián se fue corriendo donde el Rey y le avisó que el hombre ya escuchó a su mujer. Así, el Rey vio que el marido pasó la prueba y por medio de la fuerza del amor, podía vencer todas las dificultades. El Rey mantuvo su promesa. Lo sacó de la prisión y le devolvió la libertad.
Fuente: Veghazi.



 


NEXT »