Aniversario de la desaparición de Rajel Imenu

11 DE JESHVAN. Día para pedir ,cada uno lo que necesite, uno puede prender un ner (velita) Leilui Nishmat (en memoria ) de Rajel Imenu, en ese mismo momento nuestra madre Rajel se hacerca a Hashem y le reza por nuestro pedido!
Que se ecuchen todas las tefilot!!!!
Rajel falleció -según la mayoría de los Jajamim- a los 36 años, en el momento en que nació su hijo Biniamin.
Fue sepultada en el camino a Efrat en Bet Lejem.
Los Jajamim explican que por haber despreciado que Iaacob durmiera con ella esa noche, no tuvo el mérito de ser enterrada junto a él.
Hashem juzga a los Sadikim con una vara especial. ¿Pero acaso es posible que todos los actos de favor y entrega de Rajel no fueran reconocidos por el Todopoderoso?
No, Hashem previó que en el futuro, cuando el pueblo de Israel sería desterrado en la destrucción del primer Bet Hamikdash y pasara por su tumba, ella lloraría por ellos pidiendo clemencia a Hashem: “Se oye una voz en Ramá, lamentaciones y llanto amargo.
Rajel reclamó la piedad de Hashem y la encontró: “Cesa tu voz de llorar y quita las lágrimas de tus ojos porque tu trabajo será recompensado y retornarán de la tierra del enemigo ….. y hay esperanza para tu futuro ……. y tus hijos volverán a su propia tierra.
Rashi explica que por el mérito de haber entregado los Simanim a su hermana y gracias a que Rajel estaba enterrada en ese lugar, el pueblo de Israel se salvó de la destrucción total.
¡Cuántas enseñanzas nos deja la vida de Rajel Imenu!
Pero por sobre todo, debemos aprender a no desesperar en los momentos difíciles porque ellos son propiamente el inicio de la salvación aunque a simple vista no la veamos. Rajel llamó a su hijo “Ben Oní” o sea el hijo de mi sufrimiento según explica Rashi o como comenta el Rambán: el hijo de mi duelo, porque sabía que ella moriría en ese momento. Iaacob lo llamó Biniamin o sea el hijo de mi diestra, la mano que refleja la fuerza, ya que del sufrimiento es de donde nacerá la salvación.
Concluyamos este comentario recordando la Tefilá que el Rab Jaim Shmulevish Z”L solía hacer en la tumba de Rajel Imenu: “¡Madre Rajel! Hashem te pidió que prives tu voz de llanto y tus ojos de lágrimas.
El Padre Celestial te pidió que ceses de llorar. Pero yo, Jaim tu hijo, te pido por favor, madre, no dejes de llorar, sube delante del Trono Celestial y pide piedad por tus hijos que se encuentran en sufrimiento”. Que Hashem escuche la Tefilá de nuestros Sadikim y acerque la Gueulá en nuestros días. Amén

Texto publicado por Andrea Leinado.

Rajel

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