Comentando la Perashá: Shelaj Lejá

APRENDAMOS A VER SÓLO LO BUENO DE LAS COSAS
Esta Perashá relata el suceso de los espías que fueron enviados a Éretz Israel. Los Hijos de Israel salieron de Egipto y se encontraban en el desierto en camino hacia la Tierra Prometida. Moshé Rabenu (Nuestro Rab) envió a un representante de cada Shébet (las doce Familias provenientes de los hijos de Yaacob). Cuando regresaron, sólo dos de ellos (Yehoshúa y Caleb) elogiaron la tierra que Hshem le asignó a Su Pueblo. Los otros diez sacaron de sus bocas palabras reprobatorias, y contagiaron a todos los integrantes del campamento su pesimismo, por lo que lloraron amargamente esa noche y se quejaron hacia Hshem por haberlos sacado de Egipto. El castigo no se hizo esperar: Toda aquella generación estuvo deambulando cuarenta años en el desierto y ninguno de ellos entró a Éretz Israel. Sólo gozaron de ese privilegio los hijos de ellos y los pocos que realmente amaban la Tierra Sagrada.
Este fragmento de la Torá está escrito inmediatamente después de que cuenta lo que le ocurrió a Miriam HaNebiá (la Profetisa). Rash"í explica que esto se debe a que la Torá quiere enseñarnos que los espías no aprendieron la lección, y luego de ver que Miriam fue castigada por hablar Lashón Hará (maledicencia), ellos también hablaron Lashón Hará de la Tierra.
Surge una pregunta: ¿De qué modo podían extraer una enseñanza de Lashón Hará los enviados como espías? Miriam habló en contra de una persona (su hermano Moshé), en tanto que ellos hablaron mal de un territorio.
Rabí Israel Ordman ensaya la siguiente explicación: Una persona debe adquirir la cualidad de ver siempre lo bueno de todo. El que encuentre defectos en las cosas (comidas, alojamiento, etc.), encontrará también defectos en las personas. Por el contrario, la persona que siempre busca lo bueno en todos los hechos, habrá de ver también lo bueno en su semejante. Ésta es la lección que debieron haber aprendido los espías: Percibir las virtudes en lugar de buscar los defectos.
Tal como lo observó una vez un hombre Justo: "Nos fueron dados dos ojos. Uno de ellos muy potente para la introspección, para que descubramos nuestros más pequeños defectos. Y el otro, muy débil, para visualizar a los demás. Sólo que, con demasiada frecuencia, invertimos las funciones..."

                                                     (Ama a tu Prójimo - Shelaj)

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