No comprendía cuál era la importancia para un ciego si había luz u oscuridad. Pero sucedió que una noche oscura iba caminando y vi a un ciego, yendo con una antorcha en la mano, entonces le pregunté: "Hijo mío, ¿para qué te sirve la antorcha?". Y él me contestó:" Mientras sostengo la antorcha con mis manos, me ven las otras personas y me cuidan para que no caiga en un pozo o me roce alguna rama con espinas".
(Tratado Meguilá 24)
Fuente: Anécdotas talmúdicas y de Rabinos- Rabino Dr. Simón Moguilevsky.
