Para leer en la mesa de shabat: El hombre rico y el ratón

Un hombre rico tenía en su lujosa casa un ratón del que no llegaba a desembarazarse. Entonces adquirió un magnífico gato, robusto y valiente. Pero el ratón más rápido, se burlaba de él.
Entonces el hombre tomó otro gato, malicioso y astuto.
Pero el ratón desconfió de él y no daba señales de vida más que cuando este dormía.
Un humilde vecino al escuchar sus quejas, prestó entonces al hombre su gato: este tenía un aspecto mediocre, dormía todo el tiempo, indiferente a lo que le rodeaba. 
El hombre se encogió de hombros, pero el vecino insistió que lo dejara en su casa para solucionar su problema, confiando en el ingenio del vecino, así lo hizo.
El gato se pasaba el día durmiendo, y muy pronto el ratón se envalentonó de nuevo: pasaba y volvía a pasar por delante del gato, visiblemente indiferente.
Pero un día, súbitamente, de un solo zarpazo, el gato lo atrapó.
¡Poder del cuerpo, habilidad de la técnica no son nada sin la sabiduría y vigilancia del espíritu! Debes estar atento a la tentación antes que ésta te atrape.

Fuente: Revista Guesharim (Puentes) Año 13 Nº 43. Autor: Anónimo.


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