Para leer en la Mesa de Shabat: La Primera Lágrima.

Tras ser expulsados Adán y Eva del Jardín del Edén, D"s vio su arrepentimiento. Y les dijo: –¡Pobres hijos míos! Os he castigado por vuestra falta y os he expulsado del Jardín del Edén, donde habríais vivido felices y sin preocupaciones.
Ahora vais a conocer un mundo lleno de dolor y de dificultades, sin embargo, quiero que sepáis que mi amor hacia vosotros jamás desaparecerá. 
Por eso he decidido regalaros esta perla inestimable de mi tesoro celestial. 
Mirad: es una lágrima.
Cada vez que la aflicción os invada, cada vez que sintáis el corazón oprimido y el alma presa de la angustia, esa minúscula lágrima os subirá a los ojos, y vuestra pesada carga se verá así aligerada. 
Tales palabras llenaron de tristeza a Adán y Eva. Entonces las lágrimas les subieron a los ojos, e inmediatamente resbalaron por sus mejillas y cayeron al suelo.
Fueron esas lágrimas las primeras que regaron la tierra. 
Adán y Eva las transmitieron como preciada herencia a sus hijos. Desde entonces, cuando un ser humano siente el corazón oprimido y el alma angustiada, las lágrimas le suben a los ojos y se esfuma su tristeza.

Fuente: Cuentos del Pueblo Judío. Ediciones Sígueme. Salamanca. 2007. 



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