Para leer en la mesa de Shabat: Salir del Pozo

Un día, el burro de un campesino cayó en un pozo. No estaba herido pero tampoco podía salir por su cuenta.Por eso, el animal se puso a llorar durante horas mientras el campesino pensaba qué hacer.Finalmente, viendo que no podía sacarlo, el hombre tomó una decisión cruel: ya que el burro no podía salir y ya estaba viejo decidió sacrificarlo. No valía la pena esforzarse. El pozo no tenía agua, necesitaba taparlo con tierra. Llamó a sus vecinos para que lo ayudaran a enterrar vivo al animal. Cada uno tomó una pala y comenzó a tirar tierra dentro del pozo.El burro no tardó en darse cuenta de lo que estaban queriendo hacer con él y se puso a gritar y llorar en forma desesperada pero, para sorpresa de todos, luego de varias paladas el burro se calmó.Siguieron arrojando tierra y al burro no se lo escuchaba. Finalmente, el campesino decidió mirar el fondo del pozo y se sorprendió con lo que vio. Con cada palada de tierra que caía sobre él, el burro se sacudía y daba un paso sobre la tierra que caía al suelo. Los hombres siguieron arrojando tierra y, en poco tiempo, vieron como el burro consiguió llegar hasta la boca del pozo y salir de allí trotando.La vida puede arrojarte tierra sobre la espalda. Sobre todo, si ya estás dentro de un pozo. El secreto para salir de allí es sacudirse la tierra y dar un paso sobre ella. Cada uno de nuestros problemas es un escalón que nos conduce a la cima. Podemos salir de los pozos más profundos si no nos damos por vencidos. ¡Usá la tierra para salir adelante!
Fuente: Revista Maguen.


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