Para leer en la mesa de shabat: ¿El mundo tiene un amo?

El emperador Adriano preguntó a R. Iehoshua -¿El mundo tiene un amo?-
-Por supuesto - contestó R. Iehoshua. - ¿Acaso pensó Ud. que el mundo podría existir sin un dueño?
- Entonces, ¿Quién es su amo?
- Hashem es el Creador del cielo y la tierra.
Pero Adriano insistía - Si ésto fuera verdad - decía - ¿por qué no Se revela varias veces al año a su pueblo para que Le teman?
- Eso sería imposible - contestó R. Iehoshua - porque dice (Shemot 33:20) - "Ningún hombre puede verme y vivir."
-No creo eso - dijo enojado Adriano - Nadie puede ser tan grandioso como para que fuese imposible siquiera mirarlo.
R. Iehoshua se fué.
Más tarde, al mediodía, volvió y le pidió al Emperador que saliera. - Estoy listo para mostrarte a Hashem - anunció.
Curioso, Adriano lo siguió al jardín del palacio.
-Mira directamente al sol. Allí descubrirás a Hashem - dijo R. Iehoshua.
-¿Qué? - exclamó Adriano enfurecido. - ¿Sabes lo que estás diciendo? Todo el mundo sabe que es imposible mirar directamente al sol al mediodía.
R. Iehoshua sonrió - Fíjate en tu propia afirmación. Tú admites que nadie puede fijar la mirada en el sol en plenitud cuando está en su cenit. Sin embargo, el sol es uno de los sirvientes de Hashem, y su gloria, es sólamente una millonésima fracción del esplendor de Hashem. ¿Cómo piensas que la gente podría mirarlo a El? Sin embargo, El prometió que llegaría el día cuando solamente El será exaltado y Su grandeza aceptada por todos.
Fuente: Jabad.Com


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