Con dicho propósito visitaron a Rabí Leví Itzjak, quien al escuchar el pedido dijo: "Quisiera que entiendan que no se trata de un truco para eludir la Halajá. Si se realiza este contrato el gentil podrá decidir a su antojo lo que suceda allí esos días". Los socios se sorprendieron y dudaron, a lo que el rabino indicó que de otra manera sería imposible hacer funcionar la fábrica en Shabat y agregó: "¡Con la Halajá no se juega!", y sus palabras produjeron una fuerte impresión sobre los socios."
Fuente: Jabad.com