Para leer y reflexionar: No dar la espalda al Kotel

Al Kotel no le damos la espalda.
Si un judío le hubiese dicho a un soldado romano hace dos mil años, que él iba a regresar a la tierra de Israel y a Yerushalaim, y que algún día reconstruiría el Beit Hamikdash, éste seguramente le hubiera golpeado la cara diciéndole que estaba completamente loco y que decía únicamente disparates.
Sin embargo, ¿Quién se acuerda hoy de aquel soldado romano? Nosotros en cambio, sí que hemos regresado. ¡Aunque parezca algo casi imposible de creer!
Yo sé que una parte de nosotros vive en Nueva York, en Inglaterra y en todo tipo de lugares fuera de la tierra de Israel. Sin embargo, yo quiero bendecirlos con algo especial, que siempre suelo decirle a mis amigos más queridos: ¿Saben ustedes cómo nos retiramos del Kótel? No nos damos la vuelta y nos vamos de allí, sino que caminamos hacia atrás (mirando siempre en dirección al Kótel).
Cuando nos encontramos con el Zar de Rusia, no le damos la espalda … Yo los bendigo para que siempre caminen hacia atrás, y para que siempre guarden en vuestra memoria al Kótel Hamaaraví, y a la sagrada ciudad de Jerusalem. Y también los bendigo para que cuando vuestros hijos crezcan y dejen vuestro hogar para construir sus propios hogares, nunca dejen de mirar en dirección a Ierushalaim …
Hay muchos hijos que al irse de casa se dan la vuelta, y ya no quieren continuar construyendo un hogar judío. Yo los bendigo para que vuestros hijos dejen vuestro hogar caminando siempre hacia atrás, y que los hijos del pueblo de Israel levanten casas que permanezcan para siempre conectadas con Ierushalaim y con el sagrado Kótel Hamaaraví …
Fuente: Cuentos judios inspiradores.  
Agradecemos a Periodismo Kosher la foto.

 

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