Por qué besar la Mezuzá?
Han visto cuantas personas que no visten o se comportan como personas religiosas besan la mezuzá?.
Algunos lo ven como un gesto supersticioso, buscan protección en los elementos, tanto del daño físico como del espiritual que los espera más allá de la seguridad del hogar. Sin embargo, para muchos besar la Mezuzá puede ser una expresión de fe, simple y honesta. Buscan una conexión con D"s, y ven la Mezuzá como una expresión de esta conexión.
En la edad media, una gran cantidad de autoridades rabínicas expresó su aprobación por la costumbre de tocar la Mezuzá cuando se sale del hogar mientras se eleva una plegaria a D"s pidiéndole protección. Los místicos enseñaron que cuando se toca la Mezuzá, se debe tocar específicamente el nombre de D"s de tres letras, Sha-dai, que está impreso en la parte externa del pergamino, y luego el dedo que lo tocó debe ser besado.
¿Qué tiene de especial el nombre Sha-dai que otorga protección y nos da fuerza para enfrentar los desafíos del mundo? ¿Por qué este nombre de D"s en particular está asociado con la Mezuzá, a tal punto que algunos dicen que el nombre Sha-dai es de hecho un acrónimo para Shomer dlatot Yisrael – “Protector de las puertas de Israel”?.
El Talmud explica que este nombre está entrelazado con el proceso mismo de la creación: Antes de la creación, no había nada. El acto de la creación fue un acto de expansión, el cual progresó hasta el punto en que D"s le dijo a la naturaleza, “dai” – “suficiente”, deja de expandirte. Este nombre, por lo tanto, está asociado con la habilidad de controlar la naturaleza o de domar los instintos.
El nombre Sha-dai se encuentra en la Torá por primera vez cuando D"s le da a Abraham el mandamiento de la circuncisión, lo que pareciera expresar el siguiente concepto: a pesar de que el hombre es una criatura de impulso natural y está dominado regularmente por sus instintos, la naturaleza puede y debe ser domada. Tal como D"s controla la naturaleza, y crea los límites para que el mundo no se expanda hasta desaparecer, así mismo el hombre puede controlar su propia naturaleza y trazar límites dentro de los cuales puede alcanzar su potencial y llegar a la perfección.
Yosef se identifica con las características del nombre divino Sha-dai ya que controló heroicamente su propio instinto e impulsos cuando la esposa de su jefe Potifar intentó seducirlo. Él se resistió, creando y respetando los límites de lo que abarca el comportamiento moral. Él conocía el secreto de Sha-dai.
Pero el gesto verdaderamente “Divino” no es meramente levantar la mano hacia el marco de la puerta; sino saber cómo y cuándo decir “basta” - dai, practicando el autocontrol. La moderación que aprendemos del acto mismo de la creación debe ser un principio guía en nuestras vidas, un principio que nos ayude a perfeccionar todas nuestras relaciones interpersonales.
El autocontrol – el control del impulso humano de expandirse, de controlar, de conquistar nos ayudará tanto cuando estemos en el trabajo como cuando estemos en nuestro tiempo libre.
Fuente: Rab Ari Kahn.
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