Le preguntaron al Rabí Yonatan Eibeshutz: - ¿Por qué cuando un Rabino sentencia sobre un problema de cashrut, se recibe el veredicto sin protestar, aunque ello signifique perder dinero, pero en cuanto dos personas tienen un litigio por dinero, el que resulta culpable, siempre protesta?
Ello se debe - dijo el Rabino- porque en cuestiones de dinero, cuando uno pierde, el otro gana, y eso resulta difícil de aceptar.
Fuente: Anécdotas Talmúdicas y de Rabinos Famosos.
Han visto cuantas personas que no visten o se comportan como personas religiosas besan la mezuzá?.
Algunos lo ven como un gesto supersticioso, buscan protección en los elementos, tanto del daño físico como del espiritual que los espera más allá de la seguridad del hogar. Sin embargo, para muchos besar la Mezuzá puede ser una expresión de fe, simple y honesta. Buscan una conexión con D"s, y ven la Mezuzá como una expresión de esta conexión.
En la edad media, una gran cantidad de autoridades rabínicas expresó su aprobación por la costumbre de tocar la Mezuzá cuando se sale del hogar mientras se eleva una plegaria a D"s pidiéndole protección. Los místicos enseñaron que cuando se toca la Mezuzá, se debe tocar específicamente el nombre de D"s de tres letras, Sha-dai, que está impreso en la parte externa del pergamino, y luego el dedo que lo tocó debe ser besado.
¿Qué tiene de especial el nombre Sha-dai que otorga protección y nos da fuerza para enfrentar los desafíos del mundo? ¿Por qué este nombre de D"s en particular está asociado con la Mezuzá, a tal punto que algunos dicen que el nombre Sha-dai es de hecho un acrónimo para Shomer dlatot Yisrael – “Protector de las puertas de Israel”?.
El Talmud explica que este nombre está entrelazado con el proceso mismo de la creación: Antes de la creación, no había nada. El acto de la creación fue un acto de expansión, el cual progresó hasta el punto en que D"s le dijo a la naturaleza, “dai” – “suficiente”, deja de expandirte. Este nombre, por lo tanto, está asociado con la habilidad de controlar la naturaleza o de domar los instintos.
El nombre Sha-dai se encuentra en la Torá por primera vez cuando D"s le da a Abraham el mandamiento de la circuncisión, lo que pareciera expresar el siguiente concepto: a pesar de que el hombre es una criatura de impulso natural y está dominado regularmente por sus instintos, la naturaleza puede y debe ser domada. Tal como D"s controla la naturaleza, y crea los límites para que el mundo no se expanda hasta desaparecer, así mismo el hombre puede controlar su propia naturaleza y trazar límites dentro de los cuales puede alcanzar su potencial y llegar a la perfección.
Yosef se identifica con las características del nombre divino Sha-dai ya que controló heroicamente su propio instinto e impulsos cuando la esposa de su jefe Potifar intentó seducirlo. Él se resistió, creando y respetando los límites de lo que abarca el comportamiento moral. Él conocía el secreto de Sha-dai.
Pero el gesto verdaderamente “Divino” no es meramente levantar la mano hacia el marco de la puerta; sino saber cómo y cuándo decir “basta” - dai, practicando el autocontrol. La moderación que aprendemos del acto mismo de la creación debe ser un principio guía en nuestras vidas, un principio que nos ayude a perfeccionar todas nuestras relaciones interpersonales.
El autocontrol – el control del impulso humano de expandirse, de controlar, de conquistar nos ayudará tanto cuando estemos en el trabajo como cuando estemos en nuestro tiempo libre.
Fuente: Rab Ari Kahn.
El día en que el Rabino Menájem Méndel de Vitebsk fuera designado rabino de los jasidim de Minsk, se ubicó en el podio y leyó ante la congregación la carta de nombramiento, plena de elogios y alabanzas, que le habían enviado los dirigentes de la comunidad.
El sabio dijo: ¡Feliz de mi! Dentro de ciento veinte años, cuando llegue el momento de abandonar este mundo, me presentaré ante el tribunal celestial con esta carta de nombramiento y demostraré que soy estudioso y justo, modesto y piadoso. Si hiciera falta testigos, podré mencionar a los dirigentes de la comunidad que firman esta carta.
Pero qué habré de hacer si me preguntaren: Y tú, Méndel? Que dices tú de ti mismo? Allí se me acabarán todos los argumentos.
Nota de redacción: El Rabino Menájem Méndel de Vitebsk, fundador del ishuv hebreo jasídico en la Tierra de Israel, falleció el 2 de Iar de 5548 (1788)
Fuente: Masuah - Cuentos jasídicos. La imagen es solo illustrativa.
El sabio dijo: ¡Feliz de mi! Dentro de ciento veinte años, cuando llegue el momento de abandonar este mundo, me presentaré ante el tribunal celestial con esta carta de nombramiento y demostraré que soy estudioso y justo, modesto y piadoso. Si hiciera falta testigos, podré mencionar a los dirigentes de la comunidad que firman esta carta.
Pero qué habré de hacer si me preguntaren: Y tú, Méndel? Que dices tú de ti mismo? Allí se me acabarán todos los argumentos.
Nota de redacción: El Rabino Menájem Méndel de Vitebsk, fundador del ishuv hebreo jasídico en la Tierra de Israel, falleció el 2 de Iar de 5548 (1788)
Fuente: Masuah - Cuentos jasídicos. La imagen es solo illustrativa.
Se cuenta que de joven, Rabí Israel era pobre y menesteroso.
Una vez fue a visitar a Rabí Itzjac, que había de ser rav de Berditchev y por entonces aún vivía en una ciudad cercana llamada Zelejov.
Guando se marchaba el tzadik lo acompañó al exterior de la casa. Primero permanecieron en el umbral, conversando. Absorbidos por la conversación, comenzaron a caminar, alejándose del lugar.
Hacía intenso frío, y Rabí Leví Itzjac no había llevado consigo su abrigo. "Préstame un instante tu piel de cordero", dijo a su discípulo y amigo, y éste se la entregó de buena gana.
Congelándose en su delgada ropa, caminó junto al tzadik, mientras conversaban sin cesar.
Esto duró un rato. "Ya es suficiente, Israel", dijo por fin el rabí. "Ahora también tú entrarás en calor." A partir de ese momento, el destino de Israel cambió.
Fuente: Cuentos jasídicos- Los primeros maestros- Martín Buber
El famoso Rabino “Nodá Biieudá”, junto a uno de los miembros del Consejo Comunal, se encontraba reuniendo dinero para caridad y al pasar por la casa de una persona muy rica, pero conocida por su rudeza y avaricia, el acompañante le dijo al Rabino que esa persona no era digna que el Rabino lo visitase.
El Rabino respondió:-¿Por qué no?, ¿Acaso el hombre, el más importante de la creación, no se agacha cuando tiene que ordeñar a la vaca?
Fuente: Anécdotas Talmúdicas y de Rabinos Famosos.
El Rabino respondió:-¿Por qué no?, ¿Acaso el hombre, el más importante de la creación, no se agacha cuando tiene que ordeñar a la vaca?
Fuente: Anécdotas Talmúdicas y de Rabinos Famosos.
Un millonario muy conocido murió hace poco, dejando un billón de dólares de herencia. Hizo dos testamentos, indicando que uno debía ser abierto inmediatamente y el segundo cuando se cumplieran los Shloshim (30 días).
Entre las instrucciones del primer testamento figuraba el pedido que, antes de enterrarlo, le pusieran un determinado par de medias que él tenía. En seguida sus hijos llevaron el par de medias a la Jevrá Kadishá y pidieron que se cumpliera con el deseo de su padre. Por supuesto que, por un tema de Halajá, la Jevrá Kadishá se negó al pedido de la familia. Ellos alegaron, explicando que su padre era un hombre muy religioso, estudioso y que evidentemente tenía muy buenos motivos para hacer este pedido.
La Jevrá Kadishá se mantuvo firme en su negativa. Desesperada, la familia llevó a la Jevrá Kadishá ante el Beit Din, donde el rabino amablemente les explicó: aunque vuestro padre hizo ese pedido cuando vivía en este mundo, ahora está en el mundo de la verdad y seguramente entiende que para él lo mejor es que lo entierren sin sus medias. Y así fue, lo enterraron sin sus medias. Treinta días más tarde abrieron el segundo testamento que decía lo siguiente:
Mis queridos hijos: a estas alturas ya deben haberme enterrado sin mis medias. Quería que realmente entendieran que un hombre puede tener un billón de dólares pero, al final, ni siquiera puede llevarse un par de medias.
Fuente: Tuvia Bolton-Jabad.com
Entre las instrucciones del primer testamento figuraba el pedido que, antes de enterrarlo, le pusieran un determinado par de medias que él tenía. En seguida sus hijos llevaron el par de medias a la Jevrá Kadishá y pidieron que se cumpliera con el deseo de su padre. Por supuesto que, por un tema de Halajá, la Jevrá Kadishá se negó al pedido de la familia. Ellos alegaron, explicando que su padre era un hombre muy religioso, estudioso y que evidentemente tenía muy buenos motivos para hacer este pedido.
La Jevrá Kadishá se mantuvo firme en su negativa. Desesperada, la familia llevó a la Jevrá Kadishá ante el Beit Din, donde el rabino amablemente les explicó: aunque vuestro padre hizo ese pedido cuando vivía en este mundo, ahora está en el mundo de la verdad y seguramente entiende que para él lo mejor es que lo entierren sin sus medias. Y así fue, lo enterraron sin sus medias. Treinta días más tarde abrieron el segundo testamento que decía lo siguiente:
Mis queridos hijos: a estas alturas ya deben haberme enterrado sin mis medias. Quería que realmente entendieran que un hombre puede tener un billón de dólares pero, al final, ni siquiera puede llevarse un par de medias.
Fuente: Tuvia Bolton-Jabad.com