Vivenciando la Fiesta de las Luces I

1. En el tiempo del Segundo Templo, cuando el Imperio Griego estaba en el poder, establecieron decretos contra el pueblo de Israel con el propósito de anular sus prácticas religiosas: les impidieron estudiar Torá y cumplir Mitzvot, tomaron sus posesiones y a sus mujeres. Además, ingresaron en el Templo, rompieron parte de sus murallas e impurificaron los utensilios sagrados. El pueblo de Israel estaba en gran sufrimiento producto de la opresión de los griegos. Fue entonces que Hashem se apiado de Su pueblo y los salvo por medio de los Jashmonaim, quienes eran Kohanim. Ellos fueron capaces de organizarse y librar una guerra que terminó con el dominio de sus opresores y de esta manera salvaron al pueblo de Israel de sus manos. Asimismo, coronaron un rey de entre ellos y volvió el reinado al Pueblo Judío por más de doscientos años. (Basado en los comentarios del Rambam, Jad Hajazaka, hiljot Januca).
2. En el día veinticinco de Kislev el pueblo de Israel venció a sus enemigos. En este día los judíos entraron al Templo, sin embargo no encontraron más que un solo frasco de aceite puro para encender la Menora, el que debía durar solo un día. Contra toda lógica, lo utilizaron y ocurrió un milagro: la Menora iluminó durante ocho días, tiempo suficiente para que puedan producir más aceite puro. Debido a esto Nuestros Sabios establecieron que estos ocho días sean días de alegría y alabanza en los que se dice el Hallel. Además Nuestros Sabios instituyeron que durante todas las noches de estos ocho días se prendan velas en las puertas de las casas para mostrar y difundir el milagro que aconteció.

3. En los días de Janucá está prohibido decir discursos fúnebres y hacer ayunos, pero está permitido trabajar. No obstante, las mujeres acostumbran a no trabajar al menos durante el tiempo mínimo en que las velas de Januca debe estar encendidas, que es alrededor de media hora. Esto, para recordarnos que está prohibido tener provecho de las velas y para no olvidarnos del milagro de Janucá. (Shuljan Aruj, Mishna Brura y Kaf Hajaim 670).
4. El motivo por el cual las mujeres son más rigurosas en la observancia de esta restricción, es porque el milagro de Januca fue producto de una mujer (como será explicado en las próximas halajot). Sin embargo, hay lugares en que también los hombres se cuidan de no trabajar durante el tiempo que las velas de Janucá están encendidas. 

5. Los ocho días de Janucá no fueron instituidos como días de banquetes y fiesta, a diferencia de Púrim. Esto, porque los decretos del Imperio Griego no fueron sobre los cuerpos de los judíos, si no sobre sus almas. Es decir, el propósito de los griegos no era exterminar a los judíos: ellos buscaban que los judíos dejaran de estudiar Torá y cumplir mitzvot. Por ello no celebramos el milagro de Janucá con nuestros cuerpos comiendo comidas especiales como en las otras fiestas, si no alabando a Hashem que esto era justamente lo que los griegos querían impedir. De esta forma, los festines que se hacen en Janucá no son Seudot Mitzva. (Shuljan Aruj y Mishna Brura 670).
6. No obstante, hay opiniones que sostienen que si hay un poco de mitzva cuando se hacen banquetes en Janucá, ya que en estos días fue inaugurado el Altar del Templo en el tiempo de los Jashmonaim. (Además la construcción del Santuario, cuando el pueblo de Israel estuvo en el desierto, finalizó en el día veinticinco de Kislev, solamente que fue inaugurado después, el día primero de Nisan). Por ello, cuando se hacen banquetes en estos días se acostumbra a decir cantos en los que se alaba a Hashem y de esta forma sí se consideran Seudot Mitzva. 

Fuente Shtey Halachot Jaguim.
Imagen: 1º Premio concurso de dibujos de Janucá de Nuevo Mundo Israelita 2015 (Venezuela) 



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