Para Leer en la Mesa de Shabat
Un viejo ermitaño
Un viejo ermitaño, se refugiaba en la montaña para dedicarse a meditar y orar.
Un día una persona le preguntó:
¿Cómo puede tener tanto trabajo si vive en soledad?
Él contestó:
“Tengo que entrenar a dos halcones y a dos águilas, tranquilizar a
dos conejos, disciplinar una serpiente, motivar a un asno y domar a un
león…
No veo ningún animal por aquí, ¿dónde están?…
El ermitaño le dijo:
Estos animales que he dicho los llevamos todos dentro;
“Los dos halcones, se lanzan sobre todo lo que se les presenta, bueno
y malo, tengo que entrenarlos para que se lancen sobre cosas buenas:
Son mis ojos”.
“Las dos Aguilas con sus garras hieren y destrozan, tengo que
entrenarlas para que se pongan al servicio y ayuden sin hacer daño: Son
mis manos”.
“Los conejos quieren ir donde ellos quieran, quieren esquivar las
situaciones difíciles, tengo que enseñarles a estar tranquilos aunque
haya sufrimiento, problema o cualquier cosa que no me gusta: Son mis
pies”.
“Lo más difícil es vigilar la serpiente, está encerrada en una fuerte
jaula, pero ella siempre está lista para morder y envenenar a
cualquiera que esté cerca, por ello tengo que disciplinarse: Es mi
lengua”.
“El burro es obstinado, no quiere cumplir con su deber, siempre está
cansado y se niega a llevar su carga cada día: Es mi cuerpo”.
“Por último necesito domar al león, quiere ser el rey, el primero , el vanidoso, el orgulloso, se cree el mejor: Es mi EGO”.
Como ve tengo demasiado trabajo por hacer…
Reflexión
Pidamos a D-s dominar todo lo que llevamos dentro, para que podamos ser el
mejor testimonio, las mejores personas, los (as) mejores esposos, (as)
mejores amigos (as) y ante todo los mejores seguidores de Hshem.

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