Comentando la perashá: Vaietze


Aquel que ama hacer y hace jésed (bondades) al Israel sin diferenciar entre ashkenazi, sefaradí y similares, es meritorio a influjos sorprendentes.
 

Está traído en el libro Botziná Dinhorá (folio 17), que le preguntaron al Baal Shem Tov (su mérito nos escude) qué es lo principal del servicio a D-os, y les respondió el Baal Shem Tov, mi opinión en esto es que la persona tiene que ver de atraer sobre sí tres cosas, el amor a Hshem Itbaraj, Ahavat Israel (amor incondicional a otro iehudí), y amor a la Torá.
Ciertamente en la cuestión de Ahavat Israel, en la época anterior a que se revele el Baal Shem Tov había muchos grupos separados en Israel, como sefaradim y ashkenazim y gentes de otros países, y así grupos de estudiosos y de trabajadores, que no les importaba ni se fijaban unos a otros, hasta que vino el Baal Shem Tov y fortaleció por demás la responsabilidad mutua de la generalidad de Israel.
Y así se vio en sus alumnos y los alumnos de los alumnos, que se esforzaron en ayudar espiritual y físicamente a todos los hijos de Israel, sin ninguna diferencia entre las diversas ramas de Israel. Y como ejemplo, es sabida y famosa la conducta del Rebe de Satmar (el recuerdo del justo para bendición), que se preocupó mucho por los sefaradim de Argentina y de otros lugares, y así trabajó mucho en pos de salvar a los niños de Marruecos del exterminio espiritual, a tal punto que apenas se despertó de una dura enfermedad, lo primero que preguntó fue por el estado de los niños de Marruecos. También es sabido sobre grandes Tzadikim de la última generación, el Baba Sali (su mérito nos escude), que estaba apegado a las enseñanzas jasídicas, y era sorprendente en su amor y preocupación por la generalidad de Israel, como vi cuando estuve con él en el año 5737.
Ciertamente en verdad todas las ramas de Israel de cada país tienen su propia tradición, y en forma general cada uno debe conducirse acorde a la tradición de sus antepasados para cumplir la función encomendada a él desde el cielo, pero por otro lado debemos recordar constantemente, que todos nuestros hermanos hijos de Israel son hijos del Omnipresente, y como hijos de un mismo padre se ayudan y preocupan el uno por el otro cuando es necesario, también cuando cada uno de ellos recibió de su padre una casa separada para vivir solo, así también nosotros debemos preocuparnos y asistir a cada uno de nuestros hermanos hijos de Israel, incluso cuando nuestro Padre Celestial dio a cada uno un lugar y función específica.
Y a través de la unión de las ramas de Israel somos meritorios al reposo y la alegría, como a todo tipo de buenos influjos, como está traído (Mishmeret Itamar, final de Parshat Matot) en nombre del Sadik Vidente de Lublín (su mérito nos escude), que explicó el versículo (Bereshit 42:11) “Todos somos hijos de una misma persona nosotros (en hebreo najnu)”, que a través de la unión que “Todos somos hijos de una misma persona”, por medio de esto “nosotros (najnu)”, tenemos reposo (menujá de la misma raíz etimológica que najnu) y satisfacción, y tenemos descanso de los sufrimientos, angustias y penurias.
Y sobre este tema cuentan sobre el Santo Rebe, Rabí Itzjak Aizik de Zidichov (el recuerdo del justo para bendición), que tenía un jasid que era maestro y solía tener huéspedes en cantidad, hasta que cierta vez lo bendijo con riqueza, y se enriqueció mucho, y salió y construyó para sí un palacio fuera de la ciudad, y de a poco empezó a decaer su hospitalidad, hasta que dejó de recibir huéspedes totalmente sin dejarlos ingresar de ninguna manera.
Cierta vez pasaron por ahí varios jasidim que viajaban a lo del Santo Rebe, llovía copiosamente con fuertes vientos en medio de la noche, pero él no les permitió entrar de ninguna manera. Los jasidim siguieron adelante, y le contaron esto al Santo Rebe, y se entristeció mucho por esta cosa, y en particular porque debido a su bendición cayó y no recibe huéspedes, entonces el Santo Rebe viajó a él, y éste lo recibió con frialdad.
Tomó el Santo Rebe un espejo, y le dijo, mira esto, ¿qué ves?, se empezó a reír, me veo a mí mismo. Lo llevó a la ventana y le preguntó ¿qué ves?, se río y dijo: Veo personas que deambulan. Le respondió el Santo Rebe: medita bien la diferencia entre ambos, ¿acaso no son los dos vidrios?, solo que en este que está recubierto con plata te ves solo a vos mismo, y en este que es simple también ves a otros, ¿no es mejor estar vacío de plata para ver también a otros? Y empezó el Santo Rebe a raspar la plata del espejo. El millonario que entendió lo insinuado le pidió que deje de raspar y le dijo: Rebe, le aseguro que de hoy en adelante recibiré huéspedes y le daré a otros. Entonces el Santo Rebe estuvo de acuerdo de parar, solo agregó y le previno: recuerda lo que dijiste.
El motivo de la cuestión es, aquel que observa a otros para ver en que puede ayudarlos, y cumple la recepción de huéspedes y las demás cuestiones de favores, y lo efectúa con alegría, imbuido de Ahavat Israel, que con esto muestra que siente su pertenencia al pueblo de Israel, que todos somos hermanos que amamos a los hijos de nuestro Padre Celestial, entonces, en la misma medida también HaKadosh-Baruj-Huh envía sobre él influjos, así como un padre se apiada de su hijo.
Y podemos decir que esta es la cuestión que hallamos en nuestra parashá, que cuando vio Rajel que era estéril, entregó a su sirvienta Bilhá, que se convirtió al judaísmo, para que se case con Iaakov, y cuando nació un hijo para Bilhá está escrito: “Y dijo Rajel me juzgó D"s y también escuchó mi voz y me dio un hijo” – que el mérito del favor y ahavat Israel grande que mostró con esto, que recibió a la conversa con buen semblante a punto tal de pasarle el mérito de casarse con su esposo Iaakov, nuestro patriarca, para engendrar un hijo, por medio de esto supo que en pago también D-os la juzgará para bien y le dará un hijo de manera sorprendente fuera de los caminos naturales, y así como está insinuado en la palabra “hijo (Ben- בן) que es el acróstico de Bendición (ב'רכה) maravillosa (נ'פלאה).
Y después está escrito: “por eso llamó su nombre Dan” – que respecto a la tribu de Dan está escrito (Bereshit 49:16) “Juzgar juzgará a su pueblo como uno las tribus de Israel”, esto es que juzga a todas las tribus de Israel como uno sólo, dentro de una unión completa, y no alejar o menospreciar, D"s libre, a nadie de Israel, tanto sea ashkenazí o sefaradí, de Francia o Marruecos, o cualquier otro país.

Fuente Admur de Kaalov 

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