Para leer en la mesa de shabat: El Ladrón
Rabí Moshé Leib de Sasov salió en cierta oportunidad a recorrer diferentes aldeas y pueblos para recolectar fondos para Tzedaká, pero no tuvo éxito en su cometido. " Si no consigo reunir el dinero necesario sólo tengo en mi poder Bitul Torá (dejar de lado el estudio de la Torá)." se dijo a sí mismo y decidió regresar a su hogar.
En ese instante escuchó sobre un judío que estaba en la cárcel por haber robado. El rabino hizo lo imposible para liberarlo, y cuando finalmente lo logró, le dijo al iehudí:
Ya ves, te atraparon, fuiste golpeado y casi te condenan a años de prisión, deja pues de robar!"
El ladrón se sonrió y le dijo: " Acaso porque una vez fallé no debo volver a intentarlo?"
Al escuchar esto Rabí Moshé Leib se dijo: " Si este hombre no se amedrenta de los insultos y del arresto, y tiene claro que debe volver a intentarlo, por qué yo dejaré de esforzarme?" No volvió a su casa y siguió su viaje hasta reunir todos los fondos necesarios.
En ese instante escuchó sobre un judío que estaba en la cárcel por haber robado. El rabino hizo lo imposible para liberarlo, y cuando finalmente lo logró, le dijo al iehudí:
Ya ves, te atraparon, fuiste golpeado y casi te condenan a años de prisión, deja pues de robar!"
El ladrón se sonrió y le dijo: " Acaso porque una vez fallé no debo volver a intentarlo?"
Al escuchar esto Rabí Moshé Leib se dijo: " Si este hombre no se amedrenta de los insultos y del arresto, y tiene claro que debe volver a intentarlo, por qué yo dejaré de esforzarme?" No volvió a su casa y siguió su viaje hasta reunir todos los fondos necesarios.
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