Por qué ayunamos erev Purim?

Cuando la reina Ester se enteró del edicto de Hamán, que decretaba el exterminio del pueblo judío, decidió actuar y hablar con el rey Ajashverosh, el emperador persa, para persuadirlo de revocar ese terrible edicto.
Pero había un paso previo a esta misión: Ester tenía que “hablar” con el Rey. Pero en el Imperio Persa, nadie podía pedir una audiencia o acercarse al rey sin ser invitado, ya que si alguien entraba al área de máxima seguridad (jatser hapenimit) del rey sin haber sido llamado, los guardias pretorianos tenían órdenes de ejecutar al intruso, en el acto por razones de seguridad.
Ester temía por su vida y por el éxito de su misión: salvar a su pueblo del genocidio, pero decidió emprender esta misión suicida.
Antes de hacerlo, pidió que todos los judíos de Shushán ayunaran con ella por el éxito de su misión. El ayuno duró tres días seguidos, (72 horas de ayuno) que incluían: Tefilá y Teshubá, rogando la intervención Divina. Con la ayuda de H"shem, la «misión imposible» finalmente fue exitosa. Y hoy ayunamos para recordar este ayuno excepcional de 3 días.
Otro dato: Once meses después, el 13 de Adar, cuando los judíos tuvieron que luchar y defenderse de los enemigos que estaban ansiosos por eliminarlos, también ayunaron por el éxito de su batalla. La tradición de ayunar antes de un enfrentamiento militar es muy antigua y, según nuestros sabios, se remonta a las guerras libradas por Moshé Rabenu contra Sijón y Og. ¿Por qué ayunar antes de la batalla, que es cuando más necesitamos nuestra fuerza física? Para demostrar y proclamar nuestra fe en que la victoria no depende de nuestra fortaleza física, sino del apoyo de H"shem, nuestro D"s.
Fuente: Halajá of the day- Rabbi Yosef Bitton.



 



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