Un tigre y un cuervo se encontraban en medio de una acalorada discusi贸n sobre qui茅n de los dos era el m谩s formidable. Con su arrogancia habitual, el tigre proclam贸: "Soy una bestia salvaje, mi poder es incomparable". El cuervo, sin inmutarse, replic贸: "Tus palabras no me afectan, yo soy el verdadero rey del aire". Justo cuando la disputa alcanzaba su cl铆max, un grupo de cazadores apareci贸, armados y decididos. Con astucia, lanzaron una red que atrap贸 al tigre, quien fue sedado sin poder resistir. El cuervo, tambi茅n v铆ctima de un dardo tranquilizante, fue apresado y llevado a una jaula, mientras el tigre era conducido a una oscura mazmorras.
Al abrir los ojos, el tigre se percat贸 de su triste realidad: estaba atrapado en una celda, sin posibilidad de huir. Sus garras rasgu帽aban los fr铆os barrotes de hierro, pero la libertad se le escapaba como un sue帽o lejano. Por su parte, el cuervo, al despertar, tambi茅n se dio cuenta de que su destino era el mismo; su jaula le robaba el vuelo, y a pesar de sus intentos de aletear, no pod铆a elevarse hacia el cielo. As铆 transcurrieron los meses, y la tristeza se apoder贸 de ambos, prisioneros de la codicia de los cazadores que los manten铆an bajo su control. El tigre, debilitado por la escasa alimentaci贸n, compart铆a su sufrimiento con el cuervo, que tambi茅n padec铆a la falta de sustento.
En un d铆a cualquiera, uno de los cazadores dej贸 la jaula del cuervo entreabierta. Fue en ese instante que el cuervo, sintiendo el aire fresco de la libertad, alz贸 el vuelo y se alej贸 a gran velocidad. Sin embargo, mientras surcaba los cielos, un pensamiento cruz贸 su mente: el tigre, su amigo, a煤n estaba atrapado. Decidido a ayudarlo, regres贸 con cautela al lugar donde se encontraban los cazadores. Con sigilo, tom贸 la llave que abr铆a la mazmorras y llam贸 al tigre: "¡Hola, amigo! He venido a salvarte". Al asomarse por la ventana, el tigre vio al cuervo sosteniendo la llave con sus garras. Extendi贸 sus patas y el cuervo le entreg贸 la llave. Juntos, escaparon con furia: el cuervo surcando el cielo y el tigre corriendo 谩gilmente entre los 谩rboles.
Una vez que lograron escapar, el tigre se volvi贸 hacia el cuervo y le dijo: gracias, amigo, por tu valiosa ayuda; sin duda, t煤 eres superior a m铆. El cuervo, con sabidur铆a, le respondi贸: no, amigo, no soy mejor que t煤, as铆 como t煤 no eres mejor que yo. La clave est谩 en mantener la humildad, reconocer nuestras fortalezas sin vanidad y ayudar a los dem谩s. La vida es como una ruleta, y nunca sabemos en qu茅 momento nos sorprender谩. No sabemos qui茅n estar谩 dispuesto a extendernos la mano. El tigre sonri贸 y dijo: gracias, amigo, te admiro. Luego continuaron su huida, y los cazadores jam谩s volvieron a tener noticias de ellos.
Cr茅dito al autor.