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15 de Enero del 2018 - 28 de Tevet del 5778. Antes de las 17.30 hs. hora en que estaba anunciada la obra, el Anfiteatro del Primer Subsuelo de Amia, ubicado en Pasteur 633, Ciudad autónoma de Buenos Aires estaba a pleno de su capacidad.
Madres, abuelos, abuelas, tías y otros familiares de los muchos niños que se encontraban en el auditorio eligieron pasar un lunes de vacaciones para ver una obra: La Torre de Babel, que es la segunda de cuatro obras que se darán todos los lunes de enero en el mismo horario y forman Los Cuentos del Tanaj. El lunes anterior se había dado El Arca de Noé y los próximos serán Iona y Daniel el profeta.
La espera se hizo amena con música de fondo.
Una voz en off comentó que no se podía comer ni beber en la sala.
En el horario establecido se levantó el telón.
La obra tenía todos los condimentos: imágenes multimedias, canciones, una bella bailarina y marionetas.
El tema por supuesto el deseo del Rey Nimrod de hacer una torre tan alta para llegar al cielo.
El lenguaje simple y claro. El texto estuvo supervisado por el rabino Fishel Szlajem de Amia.
El tango tuvo su lugar en una de las melodías interpretada por un guapo de la época.
Un momento especial fue cuando desde detrás de las butacas se fueron pasando hacia el escenario bloques con los que se contruía la torre. Una manera distinta de hacer participar al público.
Al término de la obra se realizó un sorteo cuyos ganadores fueron Freida Falak y Ruth Katz y a la salida se repartieron golosinas a los presentes.
Créditos: Escritor, editor, produción, música y dirección Gaston Brian Glikstein
Consejero: Marcelo Filardo
Rey Nimrod: Valentín Español
Bailarina: María Fernanda Lamas.
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Un judío observante, dueño de una gran fortuna, que había instruido a sus hijos que cuando falleciera, encontrarían en su escritorio dos cartas: una para ser abierta en el momento de su deceso y otra a los
treinta días.
Cuando falleció, abrieron la primera carta y en ella pedía que se lo sepultara con un par de zoquetes blancos que su madre le había tejido y que encontrarían en su caja fuerte.
Lo hijos llevaron los zoquetes al lugar donde se iba a realizar la “tahará” (lavado del cuerpo), pero allí les dijeron que era imposible cumplir con el pedido, porque de acuerdo a la “halajá” (ley religiosa) solamente se sepulta con las mortajas. Los hijos extrañados, fueron a ver al Rabino y éste corroboró lo que habían escuchado y cuando quisieron donar una gran suma de dinero para que se cumpliera el deseo del padre, el Rabino les dijo que por ningún dinero del mundo se iba transgredir la ley.
A los 30 días, se abrió la segunda carta, allí el padre escribió: ”-Estoy seguro de que me sepultaron sin los zoquetes, como corresponde según la ley.
Ustedes se habrán preguntado por qué hice todo esto.
Fue solamente para enseñarles que al otro mundo no se lleva ni siquiera un par de zoquetes, solamente las buenas acciones y la caridad que realizamos durante nuestra vida. Y eso
deseo que lo tomen muy en cuenta como mi legado más preciado”.

Fuente: Anécdotas talmúdicas y de Rabinos Famosos. Rabino Dr. Simón Moguilevsky.


 
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Cuando Rabí Yoséf ben Jalaft a era pequeño, estaba en la calle jugando con fuego con otros chicos. Pasó por ahí una persona que lo conocía y extrañado por la conducta del niño, le dijo que se lo iba a
contar a su padre, y Rabí Yosef le contestó:
-Ya que usted entiende mejor que yo, que soy un chico, por qué en vez de ir a contarle a mi padre, que seguramente me castigará, no me dice que no lo haga más y lo cumpliré.


Fuente: Anécdotas talmúdicas y de Rabinos Famosos. Rabino Dr. Simón Moguilevsky.

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Rabí Yehuda, jefe del Sanhedrin y Rabí Jía iban por un camino y cuando llegaron a un lugar, preguntaron si residía allí algún sabio, para visitarlo.
Entonces les dijeron que había uno pero era ciego.
Rabí Jía dijo entonces que iría él solo a verlo, puesto que no correspondía que Rabí Yehuda, el jefe, lo viese.
Pero Rabí Yehuda fue igual y cuando se despidieron del sabio, éste les dijo: "Ustedes vinieron a ver a una persona a la que se le puede ver, pero él no ve. Sean pues merecedores de recibir a la Santa Presencia que ve, pero a quien no se puede ver.”.
-Mira-dijo Rabí Yehuda-si no hubiese venido contigo, me habría perdido de escuchar una bendición tan hermosa”.
                                                                                          (Tratado Jaguiga, 8)

Fuente: Anécdotas talmúdicas y de Rabinos Famosos. Rabino Dr. Simón Moguilevsky

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Tu sombra

“Interpretando el versículo 5 del Salmo 121: ´el Señor es mi sombra: el Baal Shem Tov comentaba” (el rabino fundador del Movimiento Jasídico):
- “Así como una sombra imita cada movimiento de una persona, así el Eterno se relaciona con nosotros, de la misma manera como nos relacionamos con los demás. 

Si somos flexibles e indulgentes, lo mismo hace el Eterno con nosotros.
Si somos rígidos y severos, de la misma manera obra el Eterno con nosotros. 
Cuando juzgamos favorablemente a nuestro prójimo en lugar de condenarlo, logramos que el Eterno nos juzgue también favorablemente.”
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Generalmente le decimos a nuestros hijos, nietos, sobrinos, niños y jóvenes adolescentes en general: No corras en el comedor, la música está muy fuerte, cuidado con las plantas, tu cuarto es un desastre. Pero llega un momento en que deseamos que paren un poco. ¡Hace mucho calor afuera vení que tengo algo especial para vos!
Y así con mucha parsimonia y envuelto en un bello papel de colores le hacemos entrega de ¿un libro?
NOOOOOOO!!!!!! No es cualquier libro es un libro que pueden escribir, dibujar, que tiene distintas actividades. No es para leerlo y terminarlo. Es para que los chic@s hagan volar su imaginación.
La autora Flavia Tomaello es periodista y fotógrafa, y creó este libro " para el desarrollo creativo, disminuir el estrés e incrementar el disfrute de lo que nos sucede. Son miniproyectos que incluyen colorear, hacer collages, buscar fotos, escribir mensajes entre muchísimas otras actividades"
Es un libro para ver y usar cuando se tenga ganas. Es un libro distinto para disfrutar todo el verano y si no lo terminás, seguís en el invierno o cuando quieras..
Ah! Es de Editorial Albatros.
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Hay un amor natural entre los hijos de Israel solo que necesitamos fortalecernos en la emuná para anular la envidia y alegrarnos también con otros que tienen éxito.
En esta semana vimos una gran alegría en el conjunto de Israel, que se alegraron con la alegría del Rav HaJasid Shalom Mordejai Rubashkin HI”O, que con la ayuda de Hashem Itbaraj lo liberó el presidente de U.S.A. de su encarcelamiento, tras una larga temporada que la generalidad de Israel se asoció a su sufrimiento y se ocuparon con sus rezos, esfuerzos propios y con dinero en pos de su liberación. En ese transcurso se vio abiertamente el esplendor de Israel, que de naturaleza todo iehudí es co-responsable uno con el otro de manera inusual, debido a la conexión espiritual que hay entre todas las almas de Israel.
Sin embargo es apropiado meditar, ¿por qué no vemos que cada uno de los hijos de Israel se alegre cuando ve otro iehudí que tiene éxito en su actividad comercial obteniendo suculentas ganancias?, solo en forma general habrá de aquellos que verán esto con mal ojo, e incluso hablarán mal, que todo es debido a que es mentiroso, ladrón o similar.
La respuesta a esto es: envidia. Cuando un iehudí se encuentra preso u otro sufrimiento, y no hay lo que envidiarle, entonces vemos en todos nuestros hermanos hijos de Israel la unión natural del pueblo de Israel, que lo juzgan para el lado del bien, y se preocupan por e él, y se alegran con él cuando sale de su sufrimiento. Pero cuando este iehudí se encuentra en un estado de riqueza y honor, entonces hay muchos que lo envidian, y la cualidad de envidia provoca que lo juzguen para el lado del mal, impidiéndoles que se alegren con su alegría.
Por eso dijeron nuestros sabios Z”L en la mishná tratado de Avot (4:21) que la envidia es una de las cosas que sacan al hombre del mundo, que debido a la envidia nunca está alegre con su parte, introduciéndolo constantemente en competencia con los otros, y provocando odio y divergencias, y anula la tranquilidad de su alma, pudiéndolo llevar a hacer cosas que destruyan toda su vida física y espiritualmente.
También las personas grandes pueden tropezar y caer en demasía a través de la envidia, como escribió el Tzadik, mi ancestro Rabí Itzjak Aizik de Komarna ZI”A en su libro Notzer Jésed sobre la mishná antes mencionada, que en los días del Baal Shem Tov ZI”A, había en la ciudad de Radom, Polonia, una persona grande que tenía envidia de sus hermanos porque se convirtieron en rabinos, y esto le provocó que caiga tanto hasta llegar a negar la existencia de D"s, y el Baal Shem Tov lo fue a ver, yendo en un solo día en forma milagrosa, e hizo que regrese en teshuvá completa.
Esta cuestión la encontramos en las parashiot de la Torá que leemos en estas semanas: Iosef HaTzadik tuvo el mayor éxito espiritual y físicamente, los Shevatim HaKedoshim tenían envidia de su hermano, esto los llevó a juzgarlo para el lado del mal, que él es un ególatra y que habla lashón hará y similares, hasta que determinaron que merece pena de muerte, y lo arrojaron a un pozo lleno de serpientes y escorpiones, y luego lo vendieron como esclavo,
Por eso después de venderlo desapareció la envidia, volvió y se despertó en ellos la unión de los hijos de Israel, y se percataron que se equivocaron en esto. Y entonces fueron a Egipto y cada uno entró por otro acceso, para buscar a Iosef, con la intención de rescatarlo con todo dinero que le pidan. Y cuando Iosef puso a Shimón en la cárcel hasta que traigan a Biniamín, se arrepintieron aún más por el sufrimiento que pusieron sobre su hermano Iosef, como está escrito (Bereshit 24:21): “Y dijeron cada uno a su hermano, pero somos culpables por nuestro hermano que vimos el sufrimiento de su alma al suplicarnos y no escuchamos, por eso vino a nosotros este sufrimiento”.
Pero después de todas estas cosas, cuando llegó en la práctica que Iosef se les dio a conocer, y de repente vieron que se convirtió en virrey, está dicho en el Midrash (Tanjumá, Vaigash 5), que primero quisieron matarlo enseguida, solo que vino un ángel y los dispersó. De esto vemos hasta donde llega la fuerza de la envidia, que en un instante puede voltear el corazón de la persona y juzgar a otros para el lado del mal.
Entonces les dijo a ellos Iosef, ahora no se entristezcan y no vean mal que me vendieron a mí acá, que ahora es el tiempo de volver y arrancar la cualidad de la envidia, no me sigan viendo con envidia y enojo por que a través de ustedes fui meritorio una grandeza como esta que me convertí en rey, “porque para alimento me envió D"s delante de ustedes” – todo es de D"s. Y con esto influyó Iosef en seguida en el principio del exilio de Egipto debilitar la fuerza de la envidia en los hijos de Israel y fortalecer la fuerza de la emuná, que con esto fueron meritorios de ser redimidos de Egipto.
Entonces el consejo contra la envidia es fortalecerse en la emuná, que todo es del cielo, y no hay persona que toque lo preparado para su compañero, solo cada uno recibe acorde a lo que necesita para cumplir su función en el mundo. Así como la mano izquierda no envidia a la mano derecha, y el pie no envidia a la cabeza, así tiene que ser los hijos de Israel como un solo cuerpo, y como está escrito antes de la recepción de la Torá (Shemot 19:2) “Y acampó allí Israel”, y explicaron nuestros sabios Z”L, “como una sola persona con un solo corazón”. Y mi santo ancestro Rabí Itzjak Aizik de Kaalov ZI”A dijo una insinuación, que el dicho de nuestros sabios (Avot 1:6) “Juzga a todo hombre para el lado del mérito”, tiene el mismo valor numérico (guematria) que “Oye Israel Hashem es nuestro D"s Hshem es uno”. Y es posible decir que la intención es como dijimos, que por medio de la emuná en Hshem Itbaraj, juzgamos para el lado del mérito a “todo hombre”, es decir a todos los hijos de Israel como constituyen un solo hombre.

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Misericordia hacia los demás.

Un hijo del rabí David Lelov cayó gravemente enfermo y los doctores creían que no sobreviviría. 
La comunidad toda que quería mucho al niño, se reunió en la sinagoga para rezar por él, dando caridad para su recuperación. 
Cuando el niño mostró signos de mejoría, corrieron a darle al padre la buena nueva, pero rabí David comenzó a llorar.
Al preguntarle el motivo del llanto dijo”: - “Mi hijo mejoró porque todos se reunieron y rezaron y dieron caridad por él. Pero ¿qué pasa con otros chicos? Cuando enferman, la sinagoga no está llena de gente rezando por su recuperación.”
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“Y ahora no se entristezcan y no sea mal en vuestros ojos porque me vendieron aquí, porque para alimento me mandó D"s delante de ustedes” (45:5)
Me alegró recibir una buena noticia de los dirigentes del “Kolel Torat Moshé” en la cuidad de Madrid, capital de España, que con la ayuda del cielo tuvieron éxito ahora en inaugurar un centro nuevo para la difusión del judaísmo y cursos de Torá, para abastecer la gran demanda, tras que el número de iehudim va en aumento en la última época, tras la nueva ley de proveer la ciudadanía española a todos los iehudim descendientes de los expulsados de España, y a raíz de otros motivos. Y mi esperanza poderosa que con la ayuda de Hshem Itbaraj tendrán éxito en esto, como tradicionalmente han tenido éxito en sus buenas actividades, como vi en mis visitas por el transcurso de muchos años.
Cuando vemos hoy la profusión de iehudim en la capital española, que decretó la expulsión del pueblo de Israel en el año 5252, esto simboliza la eternidad del pueblo de Israel, que permanecemos siempre vivos y existentes incluso tras todas las persecuciones y expulsiones, que en cada generación se levantan contra nosotros para exterminarnos y HaKadosh-Baruj-Huh nos salva de sus manos. Pero sumado a esto, hay una importancia especial en la profusión de cursos de Torá y judaísmo en España, que constituye una señal y causal del acercamiento de la Redención completa, como seguiremos.
Está aclarado en los sefarim hakedoshim, que hay chispas de santidad desparramadas en todo el mundo, y cuando un iehudí estudia y se ocupa de cosas de santidad, se pegan parte de esas chispas a su alma que es una parte de la divinidad de lo alto, y con esto las eleva y regresa a su raíz. Y este es el trabajo de los hijos de Israel en el exilio, elevar las chispas desparramadas en los cuatro puntos cardinales.
Y escribió el gran sabio el Jidá ZZ”L en el final de su libro “Shem HaGuedolim”, que este es el motivo de lo que vemos que en el transcurso de las generaciones cambió varias veces el lugar de asentamiento de los iehudim en el exilio, porque el asentamiento de los iehudim en todas las tierras es para separar las chispas santas que están en esa tierra, y cuando terminan de reparar las chispas en un lugar, entonces generan del cielo que pasen a otro lugar.
Y de esta manera explica el Jidá ZZ”L, que por eso fue la expulsión de Francia en el año 5066, y la expulsión de España en el año 5252, porque entonces los iehudim ya terminaron de subir allí todas las chispas, y tenían que pasar a elevar las chispas de las otras tierras.
Y en base a esto es necesario aclarar lo que vemos en nuestros días, que la Torá regresa a su hospedaje, y el estudio de Torá y judaísmo va en aumento también en países como Francia y España, que en base a las palabras del Jidá ZZ”L ya elevaron allí las chispas.
Sin embargo está explicado en el Zohar HaKadosh (Pekudéi 258 a) y en los escritos del Arizal, y se extendió en esto mi santo antepasado Rabí Tzví Elimélej de Dinov ZI”A en su libro santo Igrá de Kalá (Parshat Ekev), que también después del refinamiento de las chispas en el transcurso de las generaciones, todavía quedan pequeñas chispas en lo profundo de los estratos de impureza, que estas pueden ser refinadas únicamente por medio de las almas pequeñas que habrá en la época de “los talones del Mashíaj”, y cuando se terminen de separar todas las chispas entonces simultáneamente se anulará toda la Sitrá Ajará (el lado de la impureza) y seremos meritorios a la Redención Completa.
Y esto es lo que vemos en nuestro tiempo, tras que en el transcurso de las generaciones ya había lugares de Torá en todas las tierras del mundo, también en la mitad del globo terráqueo de América, entonces del cielo desencadenan que haya en un mismo tiempo lugares de gente que cuida Torá y Mitzvot en la mayoría de las tierras del mundo, también en lugares como Francia y España, que ya fueron expulsados de allí después de terminado el trabajo de separación de las chispas, porque todavía quedan chispas pequeñas que solo las almas de nuestro tiempo pueden elevar a través de que se esfuerzan en el estudio de Torá y en el cuidado de las Mitzvot, a pesar de las duras pruebas que hay en esta generación. Y a través de esto seremos meritorios al cumplimiento de las palabras del profeta Ovadiá (1:20) sobre la reunión de las diásporas, que subirán a Tzión “este ejército del exilio de los hijos de Israel, de los kenaanim hasta Francia, y el exilio de Ierushalaim que está en España”.
Y esta cuestión fue en el exilio de Egipto, que era obligatoria en función de la separación de las chispas de Egipto. Y dijeron nuestros sabios Z”L (Shabbat 89 a), que era apropiado que Iaakov Avinu baje a Egipto con cadenas de hierro, solo que su mérito provocó que baje en forma honorable. Y de Hshem fue que Iosef HaTzadik bajó primero a Egipto, que en su enorme integridad tenía el potencial para hacer el trabajo del principio de la separación de las chispas sin hundirse en la impureza, y en esto era el indicador del camino para los hijos de Israel que vinieron tras él.
Y se puede decir, que esto es lo que dice Iosef HaTzadik a sus hermanos: “Y ahora no se entristezcan y no sea mal en vuestros ojos porque me vendieron aquí”, – no piensen ustedes que con la maldad de su corazón en mi venta, provocaron el exilio que empezó con mi descenso a Egipto, “porque para alimento” – para elevar las chispas de santidad, que son el alimento para los ángeles y mundos superiores como está aclarado en los libros de Kódesh, para esto “me mandó D"s delante de ustedes.”
Y esta es una enseñanza para las generaciones, que ninguna persona se entristezca de lo que se derivó para que llegue a algún lugar, solo tiene que saber que todo proviene del cielo, y tiene que fortalecerse allí en Torá y Mitzvot imbuido en la alegría, con esto cumplirá allí el trabajo especificado para él desde el cielo, acorde a la raíz de su alma.
Por eso hay méritos muy grandes para todos los que se ocupan en ampliar los límites de la Torá Kedoshá en todas las tierras del mundo, como hacen en Madrid, que con esto generan cosas grandes y prodigiosas, acercando la Redención Completa. Y todos los que ayudan a esto con su cuerpo o dinero, serán meritorios a gran éxito, alegrías y satisfacción de todos sus descendientes.

Fuente: Admur de Kaalov


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Sabio es el que ve lo que va a surgir, que no ganará nada de la trasgresión.
Iosef HaTzadik era un muchacho de diecisiete años, edad en que la fuerza del deseo se halla en su cenit. Era el hijo querido de la ancianidad de su padre, de manera repentina se alejó de su familia, allegados y amigos, perdió todos sus beneficios, y fue vendido como esclavo a Egipto. Siendo esclavo en Egipto, le propuso la esposa de su dueño Potifar que cometa una trasgresión con ella una vez; mil lingotes de plata, cuyo valor es millones de dólares, y podía casarse y disfrutar libremente como millonario, e incluso hacer muchas mitzvot con la plata, pero Iosef no quería apartarse de Hshem, y respondió: ¡¿cómo haré este gran mal y pecar contra D"s que me otorga la vida!? ¡Y Hashem Quien quiere que cumpla sus mitzvot me dará la plata en forma permitida, no siendo así si la recibo en forma prohibida que entonces de eso no quedará nada!
Luego que se mantuvo Iosef en la prueba, fue enviado a la cárcel, y todos lo despreciaron, diciéndole: “¡¿Dónde está tu D"s que deja que estés en la cárcel y no te saca?!, ¡nunca saldrás de la cárcel!”. Pero su espíritu no se quebró, solo se mantuvo en su idea que Hshem tiene sus planes para cuando quiera sacarlo. Y el encargado de las bebidas reales que vio a Iosef, que resignó millones de dólares y su libertad, eligiendo ser un preso en un pozo profundo y padecer sufrimientos, diciendo que no puede trasgredir la voluntad de su D"s, pensó en verdad que es un tonto, porque no creía que hay en el potencial humano fuerza para sobreponerse a una prueba como esta. Y por eso lo presentó el encargado de las bebidas reales delante del faraón como un muchacho tonto.
Cuando llegó Iosef al faraón, y habló en nombre de D"s delante del rey y los ministros con toda la firmeza y sin amedrentarse, enseguida descifró el sueño, y prosiguió aconsejando el modo de cómo salvar al país. Entonces vio el faraón que no es un tonto, y por ende se vio obligado a reconocer que lo que se sobrepuso a la prueba de la esposa de Potifar no fue debido a la tontera, sino a causa de una inteligencia de las más grandes, que es ver lo que surgirá, como dijeron nuestros Sabios Z”L (Avot 2:9) “quién es inteligente, el que ve lo que surgirá”. Por eso dijo entonces el faraón a Iosef: “No hay sabio ni inteligente como tú”.
Y cuando Iosef HaTzadik fue meritorio de reinar sobre Egipto, cosa que nunca ocurrió en la historia a un muchacho corriente, esto provocó que ninguno de todos los millones de los hijos de Israel por el transcurso de cientos de años que estuvieron en el exilio de Egipto, abandone el pueblo judío para asimilarse, porque vieron con sus ojos, que por el cuidado de las mitzvot de la Torá contra todas las pruebas, Hshem da pago en este mundo, vida, riqueza y honor, aparte del pago en el mundo venidero.
Fuente: Admur de Kaalov.
 
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Si bien todos los días de la semana son propicios para guardar algo para shabat, el miércoles es un día por demás especial. 
Por eso humildemente deseo dejarles algo para leer o contar en la mesa de shabat, y ya que estamos en Januká, es algo de la fiesta.

Operación Cocodrilo

Cuando en el año de 1944 Rusia conquistó Rumania, se formó un grupo de contrabandistas denominado “Fugitivos fronterizos”, cuya función era hacer cruzar la frontera a quienes deseaban escapar del brazo de la K.G.B.
Estos contrabandistas operaban solo con grupos reducidos, diez individuos como máximo podían participar en cada huída.
En uno de los operativos, se unió al grupo un judío justo, íntegro y temeroso de Di’s, quien anhelaba llegar a la tierra de Israel para vivir allí en paz, y poder servir a su Creador con devoción y santidad.
Bajo un estricto silencio y la mayor discreción posible, decidió el jefe de los contrabandistas que la huída se efectuaría la cuarta noche de Janucá.
Reunió a los integrantes del grupo, y les ordenó que se presentaran en la fecha acordada, al punto de las ocho de la noche, en una de las alcantarillas cercanas al límite de la ciudad, para comenzar la escapatoria.
Con los ojos temblorosos y los corazones palpitando por el peligro al que se exponían, llegaron los fugitivos puntualmente al lugar convenido.
Ahí dentro, el jefe les comunicó que la fuga se denominaría “Operación cocodrilo”, la cual consistiría en arrastrar sus cuerpos sobre la tierra durante varias horas hasta cruzar el límite; única manera de burlar la estricta vigilancia del ejército rojo.
Uno a uno salieron de la apestosa cloaca y comenzaron la peligrosa, pero forzosa escapatoria.
La primera fase la habían pasado con gran éxito, habían cruzado ya más de la mitad de la frontera.
No obstante, no podían detenerse; debían seguir avanzando hasta encontrar un lugar desolado, lejos de la torva mirada de los guardianes, para entonces poder descansar, recobrar fuerzas y seguir la huída.
Sus cuerpos estaban exhaustos por el fatigoso arrastre. La larga noche invernal se hacía interminable, solo esperaban la orden de descanso para poder sanar las heridas y calentar sus cuerpos.
Finalmente el mandato llegó, dos horas antes de que los rayos del alba despuntaran sobre la tierra, el jefe ordenó descansar por algunas horas en una de las ruinas que se hallaba en el silencioso bosque.
El peligro aún seguía latente, los guardianes del bosque rondaban la zona en busca de desertores.
El jefe, quien se caracterizaba por su severo carácter y dureza de corazón, volvió a advertir a los integrantes del grupo que debían permanecer en el suelo y en silencio absoluto.
Aprovechando la tregua, el judío religioso, se acercó al jefe le pidió su permiso para prender las cuatro velas de Janucá que correspondían a esa noche.
El jefe, exasperado por la osadía del solicitante le dijo en tono despreciativo:
“Está usted loco, ¡cómo pretende ponernos en peligro en estos graves momentos!”.
“¡No comprende usted que al iluminarse el lugar nos hallarán fácilmente, y entonces seremos presa segura de sus garras!”.
El judío trató de explicarle que lo haría con la mayor discreción posible, las encendería tras la pared para no despertar la mínima sospecha.
Sin embargo, el jefe se negó rotundamente y con una señal desdeñosa, le ordenó echar su cuerpo a tierra y permanecer en esa posición hasta nueva orden.
El religioso aceptó el decreto y con lágrimas en sus ojos se unió al resto del grupo.
Al acostarse, trató de relajarse, de olvidar el asunto, mas no podía.
Su conciencia no lo dejaba tranquilo. Toda su vida había cuidado este gran precepto con amor y fervor, y ahora sería la primera vez que dejaría de encender las velas.
Por momentos acallaba su razón con la excusa de que el momento y el lugar no le permitían cumplir con su obligación, no obstante, su mente no conciliaba la idea de que las luminarias no fueran encendidas.
En su interior se desarrollaba una guerra de pensamientos que no lo dejaba en paz. Su estado espiritual había decaído a niveles muy bajos, anímicamente se sentía muy presionado, muy exaltado.
Finalmente, la conciencia lo torturó de manera tal, que la desesperación lo venció.
Salió lentamente de las ruinas y con el corazón en la mano determinó encenderlas, desafiando de ese modo la orden expresa del jefe, y corriendo el peligro que ello conllevaba.
De su viejo saco, sustrajo una pequeña botella de aceite de oliva que había cargado especialmente para tal efecto.
De sus bolsillos sacó tapas de botellas para que le sirvieran como recipientes, y del forro gastado de su abrigo cortó cinco trozos de tela (cuatro para las velas y el sobrante para el shamash), para utilizarlas como mechas.
Preparó la improvisada janukiya y se dispuso a encenderla.
Con los sentimientos exaltados y gran devoción, recitó las dos bendiciones correspondientes y encendió la preciada janukiyá.
Sus ojos brillaban ante la flama que subía y se fortalecía.
En su rostro se reflejaba la alegría que para él significaba cumplir con Di-s y consigo mismo.
Con voz trémula y silenciosa comenzó a entonar la tradicional canción “Maoz Tzur”, la cual le avivaba aún más la nostalgia y la emoción.
Después de unos segundos, sus mejillas se encontraban ya húmedas por las lágrimas que sus ojos derramaban.
La añoranza por sus familiares y los recuerdos de su infancia, le reforzaban la fe de que el milagro habría de ocurrir, y finalmente saldrían todos en paz; a la vez que se acrecentaba en su interior la esperanza de libertad para sus hermanos que permanecían aún en cautiverio.
En medio de aquel enaltecido momento, se escuchó un violento grito que decía:
¡”Judíos alcen sus manos, son ustedes fugitivos”!.
Sus rostros palidecieron, el pavor que se apoderó de ellos era tal, que desfallecían ante la perspectiva de la muerte.
Bien sabían que contaban solo con unos segundos para despedirse y entregar sus vidas en manos de la fiera rusa, para que finalmente despedazaran sus cuerpos en pequeños trozos y los arrojaran a los perros.
El temor los dejó atónitos por varios instantes.
Tenían la mirada fija en el robusto soldado acorazado, que estaba equipado con armas y municiones.
Sin embargo, ante la sorpresa de todos, el soldado ordenó que bajaran sus manos.
De entre sus pesadas ropas extrajo una botella de vodka, y pidió que repartieran un trago a cada integrante del grupo para que calentaran sus cuerpos.
Cuando le preguntaron a qué se debía su extraña actitud, respondió:
“Hoy me tocó el turno de patrullar este sector del bosque. Las señales de arrastre que observé en el camino, me hicieron sospechar que ciertamente, más de una persona había pasado por aquí, seguí los rastros y llegué hasta esta ruina”.
“Al verlos, no dudé en aniquilarlos, no obstante, cuando vi las velas encendidas y oí la preciosa tonada, mi cuerpo se estremeció, mi memoria me hizo retornar años atrás, y ello me hizo recordar las velas que mi padre, en paz descanse encendía y entonábamos juntos esta canción”.
“Hoy, yo soy un arraigado soldado del ejército rojo y no puedo cumplir con este milenario precepto, ustedes que sí lo pueden hacer, los felicito y los bendigo. ¡Hermanos, váyanse en paz!”.

Fuente Mesilot Hatora- Festividades 
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"ES UN MÉRITO MUY GRANDE FORTALECER Y ALEGRAR A OTROS CON PALABRAS DE EMUNÁ Y RECORDANDO EL NOMBRE DEL CIELO"
Escuché del Rav HaTzadik, Rabí Meshulam Ashkenazi Ztz”L, Admur de Stanislav en Londres, que escuchó del Rav Hatzadik, Rabí Ioel Ashkenazi Ztz”L De Alesk, que en su juventud entró una vez a lo del Rav Hakadosh Rabí Isajar Dov de Belz Zi”A, y el santo Rav le dijo: “¡Cuando la persona llega a un lugar, enseguida tiene que pensar qué puede hacer ahí en pos del honor del cielo!”.
Al tiempo fue llamado el Rav Hatzadik, Rabí Ioel para ser coronado con el puesto de Rabino en la ciudad de Yas, y entonces recordó las indicaciones del santo Rav, y buscó enseguida lo que era posible de generar allí en pos del honor del cielo, y encontró una casa grande donde vivían allí jóvenes que no iban en el camino recto, y tuvo el mérito de hacer allí muchos baalei teshuvá. Y entonces entendió por qué el Santo Rav de Belz le dijo especialmente esta indicación.
Pero en verdad cada uno de los hijos de Israel puede en determinada medida generar en pos del honor del cielo en todo lugar al que vaya, incluso sin un esfuerzo especial, a través de acostumbrar a que esté en sus labios y su boca el nombre del cielo constantemente, diciendo palabras como “Baruj Hshem”, “Si quiere Hshem”, “Hshem ayudará”, “Con la ayuda de Hshem”, “también esto es para bien” y similares. Cuando la persona se acostumbra a utilizar estos términos, provoca que quienes lo escuchan recuerden y se fortalezcan en la emuná en el control detallado del Creador.
Y en particular cuando la persona ve en la cara de otra persona que está triste, es apropiado no desentenderse de eso, solo buscar retirarle la preocupación, y decirle palabras de fortalecimiento y aliento de emuná y confianza para menguar su preocupación, que con contadas palabras puede activar cosas grandes e importantes para fortalecer su corazón espiritual y físicamente, porque la emuná anula la tristeza y trae alegría.
Y en esta cuestión hay un dicho profundo de Rabí Israel Baal Shem Tov Zi”A, que explicó el dicho de nuestros sabios (Nedarim 9 b) “los reshaim están llenos de arrepentimiento”, que los reshaim que piensan que todo es por su fuerza y poder de su brazo, están llenos todo el día de arrepentimientos, porque no hizo así y así que entonces podría haber ganado más y similares. Pero un iehudí que tiene emuná que todo está bajo el control de Hshem Itbaraj, no se arrepiente y entristece por sus cuestiones materiales que no salieron bien, porque así fue por medio de la voluntad del Creador, Itbaraj Shemó.
Por eso el que fortalece a otros con palabras de emuná, lo trae al olam habá, y también a una vida de alegría en este mundo, y automáticamente cumple con esto de la manera más excelsa la mitzvá de hacer favores, que su retribución es muy grande.
Esta conducta se vio en Iosef HaTzadik, que en todo lugar al que iba su forma era activar en pos del honor del cielo, a través de que el nombre del cielo estaba constantemente en su boca, y con esto solía fortalecer y alegrar a otros.
Cuando estaba Iosef en lo de su amo Potifar está escrito (Bereshit 39:3). “Y vio su amo que Hshem está con él y todo lo que él hace Hshem hace que tenga éxito en su mano”, y en tono similar está escrito (ibíd. 23) que vio el encargado de la cárcel sobre Iosef que “Hshem está con él”. Y dijeron en el Midrash (Tanjumá, Vaieshev Cáp. 8): “¿Qué es ‘que Hshem está con él’? – que el nombre de HaKadosh-Baruj-Huh no se apartaba de su boca, entraba a servirlo y murmuraba diciendo: ¡Señor del Mundo Tú eres mi seguridad, Tú eres mi Patrón! ”.
Iosef HaTzadik era un muchacho joven hijo de la ancianidad, que se convirtió de repente en esclavo, y después lo tiraron al pozo para estar preso para siempre. Naturalmente tendría que caer en la tristeza y desesperanza, como vi cierta vez cuando viajé a una cárcel grande en la ciudad de Beer Sheva para fortalecer a los presos que están allí desde hace varios años, que encontré que estaban quebrantados, deshechos y desesperanzados, hasta que dificultosamente era posible hablarles. Pero Iosef Hatzadik se fortaleció a sí mismo con alegría, de manera que todos a su alrededor veían perceptiblemente, que esto no es sino la fuerza de la emuná en Hshem que su nombre frecuentaba en su boca, y así santificó el nombre del cielo en todo su entorno.
También después de haber estado ya en la cárcel un tiempo largo, durante diez años, siguió hablando y fortaleciendo a los otros con palabras de emuná. Por eso cuando vio que el ministro de bebidas y el ministro de pasteleros tenían la cara entristecida, no se dijo para sí que esto es una cosa natural que personas importantes como estas que las tiraron a la cárcel caigan en la tristeza, sólo les preguntó “¿Por qué sus caras están malas hoy?”. Y cuando le relataron que tuvieron sueños, enseguida los fortaleció con palabras de emuná: “¿acaso no son de D"s las interpretaciones?” – por ende no importa cuál sea la interpretación, será para bien, porque todo lo que hace el Misericordioso lo hace para bien.
Después le contó el ministro de bebidas su sueño, y cuando lo interpretó, pidió Iosef de él que lo recuerde delante del Faraón, y a través de esto sacó el Faraón a Iosef de la cárcel y se convirtió en virrey.
De esto vemos la grandeza de la paga que se recibe por lo que se habla palabras de emuná (fe) para fortalecer a otros espiritual y físicamente, porque si Iosef Hatzadik se desentendía de ellos, y no se dirigía a ellos para apuntalarlos con palabras de emuná, entonces hubiese permanecido en la cárcel, y solo por intermedio que les habló se desencadenó la gran salvación.
Y en particular en nuestro tiempo, cuando las palabras de herejía están muy difundidas, es un mérito grande para cada uno de los hijos de Israel, que a cada lugar que vaya esté el nombre del cielo presente en su boca, y haga favores con otros de apuntalarlos y alentarlos con palabras de emuná, y por medio de esto será meritorio a todas las bendiciones escritas en la Torá HaKedoshá.
Fuente: Admur de Kaalov
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“Rabí Leví Itzjak de Berditchev emprendió un viaje para juntar fondos para el casamiento de una joven cuyo padre era una persona muy versada pero muy pobre. En su camino entró a lo del rabino de un pueblo y éste al escuchar sobre su cometido, lo bendijo para que tenga éxito en la empresa a la que estaba abocado. Entonces Rabí leví Itzjak le recordó el episodio de la lucha de Abraham para rescatar a su sobrino Lot y cuando terminó la guerra cómo fue recibido por el rey Malkitzedek que lo convidó
con pan y vino y lo bendijo (Gen. 14, 18).
“Primero, dijo Rabí Leví Itzjak, "convidó con pan y vino" y luego "lo bendijo. Entonces, primero hay que dar y luego pronunciar bendiciones”.


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28 de noviembre del 2017 - 10 de Kislev del 5778. A partir de las 9.30 hs. se dió comienzo a la exposición de cuadros de las alumnas del Taller de Arte de Beit Jana, en el edificio del Hogar Le Dor va Dor, sito en Guevara 465, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
A cargo de la Profesora Laura Amar, y en un lugar selecto del predio, tanto los visitantes como los residentes pudieron admirar las obras de las distintas alumnas.
Se sirvió un desayuno y luego conocimos el taller de Mosaiquismo del Profesor Sergio Pereyra.
Seguimos nuestro recorrido hasta la Sala de Terapia Ocupacional donde algunas residentes estaban trabajando con costura.
Se fue asignando lugares a las visitantes, se entregaron hojas con distintos dibujos de distintas dificultades, vidrio y marcadores para copiar la imagen.
La técnica que explicó la Profesora Amar fue el Falso Vitraux. El siguiente paso fue pasar sobre el dibujo, ya marcado en el vidrio, acrílico 3D y se completó con pintura Laca al agua.
Al concluir cada participante se llevó su propia obra.
Cabe destacar la alegría que produjo entre los residentes del Hogar (que si bien eran mayoritariamente mujeres,pudimos ver algunos hombres que se "engancharon"con el proyecto)
Como siempre la amabilidad de las enfermeras y cuidadoras del lugar y el arduo trabajo de las voluntarias del Beit Jana que hicieron de la fecha un momento inolvidable.

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Un maestro, aparte de conocimientos, tiene que tener mucha paciencia. Rabí Preida tenía un alumno al que tenía que  repetirle cuatrocientas veces cada lección hasta que la entendía. Un día  fue llamado para un asunto tal, que realizarlo constituiría una verdadera mitzvá. 
Antes de irse, le enseñó la lección al alumno las consabidas cuatrocientas veces, pero el joven no la entendía. Rabi Preida le preguntó  por qué esta vez era diferente a las otras y el alumno contestó:
-Desde el momento en que escuché que ud. había sido llamado  para cumplimentar una mitzvá, mi atención se dispersó , porque tenía miedo de que en cualquier momento se iba a levantar e irse".
Rabí Preida le dijo que pusiera atención y le enseñó de nuevo las cuatrocientas veces. Luego se escuchó una voz celestial que preguntó a Rabí Preida: ¿prefieres que se te agreguen cuatrocientos años a tu vida o que tú y tu  generación merezcan el Otro mundo? Rabi Preida prefirió la segunda.. Y el Eterno dijo "otorguenle las dos"
Fuente: Anécdota talmúdicas y de rabinos famosos. Rab. Dr. Simón Moguilevsky. (Tratado Eruvin 54b).
                      
 





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